En el tratamiento quirúrgico de la diástasis existen actualmente diferentes opciones técnicas como la abdominoplastia o la cirugía mínimamente invasiva o REPA. Sin embargo, ambas opciones pueden presentar, en mayor o menor medida, una complicación muy temida: el seroma (Imagen 1). Desde un punto de vista clínico el seroma es una complicación leve. A pesar de esto, para una cirugía con alta carga cosmética como la reparación de la diástasis la aparición de un seroma puede ser de alto impacto. En esta serie de dos artículos vamos a aprender que es un seroma, porqué se produce y de que manera se puede evitar o disminuir su incidencia.
El seroma es una acumulación de líquido seroso debido al exudado de los tejidos inflamados (Imagen 2). El líquido seroso es muy parecido en su composición al suero de la sangre y en parte, al líquido del sistema linfático. De una manera muy básica se trata de un filtrado de agua, iones, proteínas, colesterol y células sanguíneas (ARTICULO). Este líquido está presente en las células y en los espacios intercelulares. Cuando se realiza una gran separación de tejidos como en el caso de las abdominoplastias este líquido se filtra como consecuencia de haber seccionado los tejidos.
Por ello es lógico que, cuanto mayor es la extensión de la cirugía mayor será el posible seroma (Imagen 3). Así encontramos que tras abdominoplastia aparece el seroma en un 5-43% de las pacientes (ARTICULO). También la cirugía mínimamente invasiva puede verse complicada con un seroma. Concretamente tras el REPA se han descrito tasas de seroma del 9,7-27% (ARTICULO). Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de aparición de un seroma se encuentran la mencionada extensión de la cirugía, el índice de masa corporal y la combinación de otros procedimientos (liposucción, uso de prótesis, etc.).
La repercusión del seroma depende de su impacto en la calidad de vida de la paciente, así como, de su asociación a complicaciones. Los seromas pueden ser subclínicos, es decir, pasar desapercibidos. Habitualmente estos seromas se descubren por el uso de una prueba de imagen por otro motivo. En estos casos no es necesaria ninguna intervención habitualmente se corrigen solos. Sin embargo, en ocasiones los seromas son patentes. En el caso de la cirugía de la diástasis es importante la alteración cosmética al causar abultamientos y asimetrías abdominales. Además, los seromas puedes ser responsables del dolor tras la cirugía. Un dolor mantenido en el tiempo que no mejora lo suficiente con el paspo de las semanas puede ser debido a un seroma subyacente que irrita la pared abdominal. Más grave sería la infección de un seroma. La composición del seroma lo hace altamente “nutritivo” para las bacterias que puede contaminar la cirugía. Un seroma infectado es una complicación grave que requiere tratamiento antibiótico y la apertura de la piel para evacuar el material purulento y para realizar curas diarias (ARTICULO). Esta situación también puede conducir a malos resultados ya que aumenta la tasa de fallo del cierre de la diástasis y empeora los resultados al producirse cicatrices más fibrosas. Por último, el seroma puede ocurrir en el seno de una cirugía con malla, quedando el líquido entre los músculos y la prótesis. Esto puede producir dolor por la tensión que ejerce, rechazo de la malla y fallo del cierre de la diástasis o las hernias reparadas. (ARTICULO).
Probablemente la mejor estrategia es la prevención del seroma, pero la mayoría de los estudios muestra un porcentaje de aparición de seromas. La medida mas importante para evitar el seroma es la correcta indicación de la técnica quirúrgica. En ese sentido, la elección del paciente como candidato a una técnica recae sobre el cirujano. El autor desaconseja la cirugía tipo REPA en pacientes con sobrepeso u obesidad. Al no retirar piel toda la superficie de la cirugía puede producir líquido que podría convertirse en seroma. Un método es suturar la grasa subcutánea para unirla de nuevo a la musculatura (ARTICULO). La siguiente medida es la colocación de drenajes en la zona quirúrgica. Los drenajes son tubos de diferentes formas y materiales que conducen el líquido exudado al exterior de la paciente y se recogen en una bolsa o contenedor para ser desechados (Imagen 4). Lo importante de esta medida es mantener los drenajes tanto tiempo como sea necesario para asegurar que ya no se produce más líquido. Una retirada prematura puede dejar un seroma residual. Otros métodos son la aplicación de compresión en la zona de la cirugía. Para ello son especialmente útiles las fajas de compresión. Al aumentar la presión sobre el tejido dificultan la salida de este. Además, “exprimen” el líquido a través de los drenajes ayudando a su evacuación (ARTICULO). Por último, el autor ha desarrollado un método propio (secreto profesional) gracias al cuál actualmente la incidencia de seroma en sus pacientes es cero, en sus pacientes operadas de REPA
Hasta ahora hemos aprendido en que consiste un seroma y las estrategias para disminuir su aparición. Sin embargo, en ocasiones el seroma aparece como una complicación de la cirugía. Para su tratamiento existen diferentes estrategias y técnicas.
En el siguiente articulo aprenderemos de que manera se puede abordar y tratar el seroma para que tenga el menor impacto en el postoperatorio y en la calidad de vida de la paciente.
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